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viernes, 14 de agosto de 2009

México Vs. E.U.A.

México se pone a 3 puntos del líder






Estadio Azteca
2 - 1
Min. 8 Charlie Davies (E.U.A.)
Min. 19 Israel Castro (México)
Min. 81 Miguel Sabah (México)
Final


Para México fue el juego del orgullo, de la gran rivalidad, de los puntos importantes, como sucedió en Nueva York en la final de la Copa Oro. No hubo goleada ni tampoco primera vez para Estados Unidos en el estadio Azteca, donde no sabe ganar, apenas un empate en 1997 por ocho victorias del Tricolor.

Lo que quedó claro es que el Tricolor sigue siendo amo y señor en el coloso de Santa Úrsula; el miércoles volvió a demostrarlo al imponerse 2-1 a su acérrimo rival y mira con mucha seguridad hacia Sudáfrica 2010. Nueve punto ahora tiene México, que hizo un buen partido de conjunto, inteligente, en un ambiente caluroso y por demás esplendoroso, con casi 100 mil personas apoyándole.

Lo mejor es que el Tri fue paciente. Supo sobreponerse a un arranque titubeante en el aspecto defensivo, pues apenas al minuto 8 recibió una anotación de Charles Davies . Pero fue poco a poco, nunca dejándose intimidar por el marcador en contra, sacándole ventaja a la altura que finalmente perjudicó a la escuadra estadounidense al terminar muy agotado.

Los mexicanos también se cansaron por la alta temperatura, pero como anfitrión después del 1-1 marcado con un golazo de Israel Castro, siempre fue un paso adelante que el rival y al final se adjudicó un triunfo merecido con última anotación de Miguel Sabah.

Con una formación de 4-4-2 y Cuauhtémoc Blanco presente, México tuvo un inicio caliente en el juego tan esperado por todos los mexicanos. Giovanni avanzó por el centro, pero una barrera de cuatro elementos cortó su disparo que luego Blanco, en el rebote, remató sin éxito.

Pero el gusto le duró muy poco; 8 minutos, para ser exactos, pues Charles Davies enfrío al equipo con un gol inesperado y de súbito la voz del Azteca calló, cuando minutos antes coreaba el "sí se puede, sí se puede..." y había abucheado el himno nacional de Estados Unidos.

La anotación de Davies, sin embargo, no desanimó al Tri, sabiéndose en casa y con un equipo confiado en sus aptitudes.

De inmediato retomó la actitud del principio y poco a poco se fue apoderando del terreno de juego, e impuso un dominio a medias, ya que teniendo el balón, no podía ingresar al área enemiga, bien custodiada por una doble línea abajo.

México no dejó de insistir, de buscar opciones para tener profundidad ofensiva. Pero por abajo no había posibilidades de buscar el gol, teniendo enfrente una sólida defensiva.

El disparo de larga distancia era lo indicado, por lo que Israel Castro entendió muy bien la lógica, y aprovechando un hueco que se le abrió sacó un potente disparo que al minuto 18 se convirtió en un golazo. Era el 1-1, el que los casi 100 mil aficionados pedía con su imparable apoyo, era el gol con de la esperanza.

El empate hizo crecer al equipo del Vasco Aguirre. Cada jugador hacía su trabajo en la cancha. Blanco, por izquierda distribuía juego, complementándose con Gío por el otro lado. La media cancha era armoniosa hacia el frente. La zona baja, bien parada, no tenía problemas, pues Estados Unidos escaseó sus arribos.

El Tricolor, en cambio, era dueño de las acciones, pero volvía a experimentar la oposición del contrario que le impedía llegar alegremente hasta el fondo. Además, su ímpetu le restó precisión a sus pases y no se diga a sus disparos; en tanto, Estados Unidos apostaba más por meterse atrás, que en intentar una jugada propia que no proviniera del rebote.

Pero la presión que ejercía México, el negarse a prestar la pelota, pusieron nervioso al visitante; prueba de ello fueron las cuatro amonestaciones que recibieron los pupilos de Bob Bradley.

La afición despidió con aplausos al Tricolor hacia el vestidor y lo recibió de igual forma. Si la expectativa en el arranque del partido era ver si el equipo sabía como hacerle daño a Estados Unidos, 45 minuto después la incógnita era comprobar que era posible marcarle el gol que hiciera la diferencia.

México impuso la misma tónica en el encuentro: atacar, aunque más tranquilo, sin apresurarse en su ambición. Ahora, Blanco fue colocado en la banda derecha, como compañero de ataque del Guille. Guardado se adelantó más por la izquierda, mientras que detrás de los delanteros se apostó Gío.

Se mantenía el dominio, aunque por momentos Estados Unidos sorprendió con servicios a la espalda de los mexicanos, lo que metió en problemas a Magallón cuando Davies buscaba la segunda anotación.

El Vasco decidió hacer cambios; Blanco ya no pesaba como al principio y le dejó su lugar a Vela (55'). Los estadounidenses también relevaron gente, afectados ya por el calor.

México no dejó de atacar, con Gío poniendo los balones poniendo en riesgo la meta del rival. Luego, Guardado y Franco también fueron cambiados por Nery Castillo(70') y por Sabah (78'), respectivamente. Los dos se hicieron notar, pero el primero por un conato de bronca que propició y que no llegó a mayores y el segundo por marcar el gol del triunfo.

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